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miércoles, 17 de noviembre de 2010

"La Dama Número Trece" (José Carlos Somoza)


Salomón Rulfo es un profesor desempleado, amante de la poesía, algo bohemio, y atormentado por un amor pasado. Una noche, sufre una horrenda pesadilla: en una extraña casa se perpetúa un crimen múltiple. En un principio, Rulfo decide no darle mayor importancia de la necesaria, pero el extraño sueño es recurrente y se repite noche tras noche, como si fuera una extraña proyección.
 

Desesperado, acude a la consulta del doctor Ballesteros, buscando alguna solución a su problema. Para Ballesteros todo es perfectamente explicable y pura fantasía, y Salomón intenta aferrarse al dictamen del doctor. Sin embargo, poco después, y por pura casualidad, descubre que el lugar que aparece en sus sueños existe realmente. Los crímenes también se han dado, precisamente, en esa misma casa.
La obsesión por descubrir el origen de estas pesadillas impulsa a Rulfo a acudir al lugar. Allí conoce a Raquel, que también ha sufrido sueños similares a los de Rulfo. Entre ellos surgirá a partir de entonces una relación compleja y un tanto ambigua. Tras conocerse, exploran el lugar y encuentran las primeras pistas, los primeros cabos de los que tirar.
Poco a poco, su investigación les llevará hasta un mundo inimaginable. Un mundo en que la poesía y los versos son poderosos, y configuran el mayor de los terrores: Un mundo en que una simple palabra puede cambiarlo todo.

José Carlos Somoza, con “La Dama Número Trece” consigue hacerse un hueco entre los principales best-sellers de la narrativa de terror en castellano. Desarrolla una historia envuelta en una fantasía a la que pocas veces se recurre en esto del terror, y que se articula en torno a la literatura y, más concretamente, a la poesía.
Sirviéndose de una prosa informal aunque recargada, juega como nadie con los tiempos de la historia. Consigue así algo importante: una intriga por cada fin de capítulo. Una estructura que impide al lector terminar un capítulo sin preguntarse qué deparará el siguiente.
Una lectura genuina, entretenida y, cuanto menos, cautivadora. Me ha gustado Somoza no especialmente por cómo escribe (que también), sino más bien por cómo entiende el terror.

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