sábado, 30 de abril de 2011
martes, 26 de abril de 2011
Atardecer
Atardecer. Esa explosión cálida de colores que da la bienvenida a la Luna. Como si fuese un foco, luminoso, que la hiciese destacar cada vez que entra en escena.
Desde la distancia, mirar al cielo se asemeja a observar la inmensa paleta de un artista al que nadie ve. Cuando la noche ya acecha, nos muestra su gama de rojos, púrpuras y naranjas. Cada día es distinta, con tonos más difusos o más potentes. A veces pienso que ese pintor invisible trabaja durante la noche para sorprendernos, al día siguiente, con sus colores.
Atardece en un lugar especial. Porque, como cualquier obra, nos transmitirá algo distinto dependiendo del cristal tras el que la contemplemos. No hace falta demasiado: el incómodo asiento trasero de un autobús puede ser un lugar privilegiado para vernos absorbidos por el cielo. Pero hoy he preferido un lugar especial, ¿quién no tiene alguno? Ese rincón, paraje, que para mí ha adquirido un significado, una Razón. Eso que lo vincula, de algún modo, a alguna parte de ese fino hilo en el que nos mecemos en la vida.
miércoles, 13 de abril de 2011
Vostok: enigmas bajo el hielo
Si algo parece haber obsesionado al ser humano desde siempre es lo desconocido. La Historia nos dice que, desde que se tiene constancia, nuestra especie se ha lanzado a la investigación de lo que no comprendía o no conocía. Desde el más arcaico nomadismo hasta las modernas expediciones, siempre hemos querido conocer más acerca del planeta que habitamos. Y casi siempre nos hemos llevado grandes sorpresas.
Hoy en día, sumidos en la era del progreso científico, nuestras miras parecen haberse fijado en objetivos más lejanos. La Tierra parece habérsenos quedado pequeña muy pronto y ahora es el Cosmos el que parece saciar esa innata curiosidad. Y no dejamos de mirar al cielo a sabiendas de que, en lo infinito, siempre encontraremos con qué alimentarla.
Porque parece imposible que, en pleno siglo XXI, algo se nos haya pasado por alto. Tras tantos avances tecnológicos y tanto capital invertido, ¿es posible que exista aún algún rincón en nuestro planeta desconocido, al que ni siquiera hoy en día podemos acceder? La respuesta está muy al Sur, en pleno corazón del Continente Perdido.
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